Pitu era un apasionado de la bicicleta que, lo mismo trepaba por el Puerto de Honduras con la flaca, que sorteaba baches por los más revirados y pedregosos caminos de la Sierra del Frontal con la gorda.
Con 53 años y lleno de vida, o al menos eso creíamos, hizo ayer una ruta por la Vera, que iba a ser una más pero que fue la última.
Una buena parte de los mejores momentos de nuestro club los hemos vivido junto a él, por eso ahora nos resistimos a creer que ya no lo volveremos a ver.
Nuestro más sentido y sincero pésame a su familia. En este momento no hay consuelo para la desolación que sentís y que compartimos con vosotros, si acaso, que murió haciendo lo que más le gustaba, montar en bici.
Siempre estarás en nuestros corazones amigo Pitu.